«Mujeres escritoras»: 200 años sin Ann Radcliffe, la “poderosa hechicera” y precursora de la novela gótica

Publicó cinco novelas y, cuando cumplió 32 años, nadie supo más de ella. Algunos decían que se había vuelto loca. Murió a los 58, de neumonía, y al poco tiempo el género del “terror placentero” se volvió un éxito.

Ann Radcliffe comenzó a ser llamada de esa forma cuando tenía 24 años. En 1788 se casó con William Radcliffe, y adoptó, según la costumbre, su apellido. Se conocieron en Bath, una ciudad preciosa, ubicada a 156 kilómetros al oeste de Londres, con casas color miel envueltas en un verdoso campo lleno de ondulaciones. Allí su marido trabajaba como editor del English Chronicle. A ambos les entusiasmaba mucho la literatura: congeniaron enseguida.

Su apellido de nacimiento, Ward, se lo dio su padre, dueño de una mercería. Hija única y tardía para la época: su madre la dio a luz cuando tenía 36 años. A los 18 años, se trasladó con su familia a Bath, cuando su padre abrió una tienda de artículos de porcelana. Así que allí estaba ella, en una nueva ciudad, con su familia pero sola, y sus libros, que eran muchos. ¿Qué podía hacer más que pasarse las noches leyendo? Para entonces ya tenía escritos algunos relatos.

Cuando se casó, su marido le dijo: tienes que publicar. Y así fue: al año siguiente del casamiento, publicó Los castillos de Athlin y Dunbayne, que lleva por subtítulo “Un cuento de las Tierras Altas”. Alison Milbank, una destacada erudita literaria especializada en religión y cultura, definió este libro como “una novela que une la acción de una naturaleza medieval específicamente escocesa con la caracterización y la moralidad del culto a la sensibilidad del siglo XVIII”.

Se trata de una historia de venganza. Hay dos castillos, una sociedad refinada, tradición, aristocracia y un joven conde que busca vengar el asesinato de su padre en manos de un barón. En esta novela ya estaban muchos de los temas que más tarde definirían su trabajo. Y también estaban antes, en su propia familia: en la vida real, su padre tenía un famoso tío, William Cheselden, que era cirujano del rey Jorge II, y su madre descendía de la familia De Witt de Holanda.

 

 

 

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